martes, 31 de marzo de 2009

La ciudad está insegura, nosotros somos inseguros

No puedo evitar ponerme contento cuando voy por la calle y veo a los vecinos sentados en las veredas, tal vez algunos chicos corriendo por ahí. Tocando un tema ya tratado en una de mis "alertas amarillistas", pienso fervientemente que la gente actúa erróneamente al momento de defender su seguridad. Cuando se siente amenazada, la gran mayoría adopta la actitud de encerrarse, esconderse de cualquier peligro que pueda acechar alrededor.
Así defienden su dignidad, libertad, vida, y todo derecho que proclamen como propio. Pero esta conducta en sí misma nos aleja de la integridad que se intenta proteger. Nos vulnera. El encierro es realmente insalubre, el hecho por el cual estamos dispuestos a padecerlo es que somos cobardes. No podemos dejar en manos de otros el ejercicio de la justicia sobre algo que nos pertenece, y ni siquiera hacer algo para ejercerla por nosotros mismos. No se puede permitir que una empresa ponga alarmas en nuestra casa para "ayudarnos a estar seguros", que refuercen nuestras puertas, contratar un seguro de vida. No podemos dejar que se instale este "mercado del crimen", en el que es lucrativo apelmazarnos, y mantener las desigualdades, las pobrezas, la miseria, y la riqueza extremas.
Por eso digo que me pone contento ver gente sentada en la vereda, caminando en la calle, pero saliendo afuera, porque la vida no está dentro de 4 paredes. Está afuera, y no se puede aceptar el crimen que están cometiendo los que nos sacan la plata de la billetera para aislarnos de esa aventura.
Aventura que es nuestra, y si nosotros no reclamamos lo que nos pertenece, el otro nos lo quitará. Si anhelamos justicia, salgamos a ejercerla, como dijo un tipo que sabe mucho : "cuándo vamos a tocar la puerta al asesino, en vez de hacer la denuncia a la comisaría."
No podemos dejar que nos digan cómo cuidarnos, y menos estar dispuestos a las condiciones que nos imponen. Estamos grandes. Deberíamos cuidarnos solos.

0 comentarios: